... en que el corazón te grita, te secuestra y te explota,
reclamándote los instantes que has tratado de ahogar en el exceso de actividades.
De esos momentos en que extrañas la silenciosa presencia de alguien que dejaste detrás de un alto y grueso muro que tú misma construiste.
Esos instantes en que le mandas un abrazo, un beso y una caricia; esperando que de alguna forma los sienta.
Suspiro. Dejo ir una vez más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario